Aunque las cosas mejoran en Gran Bretaña, la nueva prosperidad significó nuevos hogares y todas las comodidades modernas, las presiones aumentan en el extranjero, por lo que los británicos recuerdan que deben seguir alerta. Las fábricas británicas comenzaron a producir máscaras de gas, por si acaso. A pesar de las conversaciones de paz, Adolf Hitler continúa expandiendo sus territorios. En casa, la abdicación del tipo Eduardo VIII dejó a la nación tambaleándose, en el momento en que Gran Bretaña más necesitaba estabilidad.