Clara ha descubierto a casi todos los que están implicados en la trama: Urbieta, Rufo, el abogado Estrada, el peligroso iraní Javed Ahmadi… Ya no confía en nadie de su comisaría y decide contárselo a Velarde. Sus peores sospechas se confirman: la sureste está podrida y el propio Romero podría estar implicado. La noticia rompe a Clara que decide abandonar para siempre la policía. Gema vuelve a caer en la droga y se acuesta con un camello por una dosis. Al marcharse, descubre un alijo de heroína y roba un fardo. Cuando Rufo y Urbieta se enteran, las órdenes son claras, recuperar la droga y acabar con la chica. Mario informa a Gema del peligro que corre y ella recurre a su madre. Ana y Berta intentan ayudarla, pero saben que Gema está en peligro de muerte y deciden pedirle ayuda a Clara, la única policía que ha mostrado interés por ellas. Clara decide postergar su renuncia y ayudar a Ana y Berta: tres mujeres juntas en una misión, en la que Clara tendrá que enfrentarse a Urbieta a vida o