Vincent van Gogh es uno de los artistas más importantes de la historia de la humanidad. Su estilo pictórico fue revolucionario, su pincelada única, su juego de colores inigualable. Pero Van Gogh era también un personaje difícil. Inseguro, maniático, extremo. El pintor siempre vivió y trabajó en la frontera entre la genialidad y la locura. Y esta locura le llevó al suicidio. Esta es la tesis oficial de los expertos desde hace más de 100 años. El ganador del Premio Pulitzer y biógrafo de van Gogh, Steven Naifeh, contradice esta opinión. Quiere demostrar que van Gogh no se disparó a sí mismo, sino que el disparo provino de un chico de 16 años llamado René Secrétan, que siempre llevaba una pistola y le gustaba agitarla, vestido con un disfraz de vaquero o quizás, van Gogh se disparó por error.