Últimamente no escribo mucho.
Y no es por falta de ideas, ya que tengo un bloc de notas donde tengo varias ideas de entradas e incluso borradores del texto que me gustaría escribir en ellas.
Pero es que me he dado cuenta de que simplemente no soy capaz de escribir cuando no se dan las circunstancias apropiadas.
Y eso que puedo programar software cansado, incluso medio dormido, pero no puedo escribir. Puedo programar software cabreado, pero no escribir. Puedo programar software preocupado, tenso o estresado.
Pero no puedo escribir.
Como estudié ciencias en lugar de letras, y luego hice ingeniería en lugar de literatura, supongo que mi cabeza se ha acabado acostumbrando al pensamiento racional y escribir es un poco… otra cosa.
Lo bueno es que cuando recupero la compostura, las cosas se relajan, y el trabajo afloja, entonces puedo volver a escribir. Algo se desconecta, de nuevo me resulta sencillo hacerlo, y es cuando vuelvo a descubrir que me resulta enriquecedor y estimulante.
Sabes me pasa igual, muchas ideas pero no me gusta escrebirlas, te felicito por tus programas y ideas, somos muchos pendientes de tu programas y ideas, aunque no escribamos muchos pero te leemos, haces muchos ańos..
Gracias 🙂
Es que escribir por escribir….
Ya me ha pasado alguna vez de seguir algún blog que acaba siendo pesado por el mero hecho de tener siempre nuevas entradas pero que no dicen nada, no van a ningún lado.
Prefiero tu forma de actuar: escribir cuando realmente hay algo interesante que contar.
Lo malo es que sí me apetece contar cosas…
Pero hay veces que escribes una entrada del tirón, la arreglas un poco para corregir aquí y allá, y la publicas. Y hay veces que sabes lo que quieres contar pero no te sale. Tengo una a medio escribir sobre el tema de la SGAE, por ejemplo, que no pasa de ser frases sueltas.
Aunque da igual. Sólo cuando a mí me convencen las publico, y es genial que sigáis viniendo por aquí a leerlas y dejar algún comentario. Gracias por eso 🙂