Un bosque aclarado de quercus y acebuches al que también llaman “Los Pajares de Santibáñez”, por los centenares de construcciones de piedra seca que alberga. Vienen gentes de lejos a echar una mano en la recuperación de elementos pétreos y criaturas vivas de un paraje habitado por símbolos vegetales, animales y minerales que no solo dieron nombre, sino sentido a la vida de la antigua San Marcos de Máscoras, ahora en Santibáñez el Alto.