La deportación desde el gueto de Lodz a los campos de exterminio, la vida en Auschwitz-Birkenau, los trabajos duros que hacían las mujeres, evitar la desesperanza y la depresión: Sara Rus decidió que iba a realizar todo lo humanamente posible para sobrevivir, para poder vivir después. Se aferró a la vida como al bien más precioso.