Luego de ser liberada, la recuperación de su salud y el reencuentro con Bernardo, su amor, le permitieron a Sara Rus devolverle sentido a su vida. Tras pasar por Berlín -en el campo de refugiados- y París, ingresó a la Argentina a través de Paraguay, junto con su madre y su esposo. La llegada a Buenos Aires fue el inicio de un nuevo momento, pleno y con iniciativa, enriquecido por el nacimiento de sus hijos, Daniel y Natalia.