El Super hace llamar a Mortadelo y Filemón a su despacho porque un grupo de indeseables está introduciendo ilegalmente en el país toda clase de artículos de contrabando y ellos tendrán que ocuparse del caso. Para cumplir su misión, Mortadelo y Filemón deberán enfrentarse a Rufo “El Balleno”, viajar hasta la Garganta del Chacal y localizar un importante alijo de whisky que los contrabandistas han camuflado en unas cajas de analgésicos bereberes dirigidas a la clínica “El Arrechuche”. El caso queda finalmente resuelto, aunque en la operación de captura de los contrabandistas, nuestros agentes reduzcan a pavesas una pila de cuadros famosos valorados en mil millones de pesetas y de paso achicharren al Superintendente Vicente.