Para aliviar una tremenda jaqueca, el Super toma unas pastillas invención del profesor Bacterio, viendo inmediatamente transformada su cabeza en la de un malhumorado cerdo. Mortadelo y Filemón reciben el cargo de encontrar una hoja de “hierbajus apestosus repelentus”, imprescindible para elaborar el antídoto que devolverá al Super su aspecto normal. Dicho hierbajo solo se cultiva en la República de Bestiolandia, y hacia allí se dirigen nuestros agentes: Haciendo gala a su nombre, el hierbajo resulta verdaderamente repelente, pero Mortadelo y Filemón consiguen regresar a las oficinas de la T.I.A. con suficientes hojas de “hierbajus” para que fabriquen el antídoto. Encontrándose, para su sorpresa, a un risueño Super que recuperó su aspecto normal el mismo día en que ellos partieron, tomando una aspirina. Para dar por concluido el caso, Mortadelo y Filemón optan por aplicar al Super un antídoto particular contra las arrugas del cutis, a base de una plancha gigante que se niegan a desenchu