La competencia de la T.I.A. con la M.O.S.C.A. (Mundial Organization Secreten Control Agency) obliga al Superintendente Vicente a encargar al profesor Bacterio una serie de vehículos ultramodernos. Los abnegados Mortadelo y Filemón reciben el encargo de probarlos sobre el terreno. Desde un “Scooter” propulsado por energía atómica, hasta una veloz canoa insumergible que frena en seco y gira sobre sí misma, Mortadelo y Filemón conducirán los aparatos más extravagantes, con evidente riesgo para su integridad física. Finalmente, Mortadelo y Filemón se verán obligados a ingerir un brebaje ideado por el profesor Bacterio, gracias al cual adquirirán una velocidad de avestruz y una fuerza de tracción de cuarenta percherones, para transportar en palanquín al inspector general de la M.O.S.C.A., que informará negativamente sobre la adhesión de la T.I.A. a su organización ante el penoso trato recibido.