El profesor Bacterio ha intentado probar consigo mismo uno de los brevajes de su invención, que estimula las funciones del otro “yo”, haciendo que el individuo actúe con las reacciones de su subconsciente. Pero ha resultado que el otro “yo” del profesor Bacterio es de un gamberro subido. El Super informa a Mortadelo y Filemón que el profesor Bacterio anda por la ciudad cometiendo toda clase de disparates y pide que le busquen y le atrapen con toda discreción. Mortadelo y Filemón viven así las más disparatadas situaciones, que culminan cuando finalmente el profesor Bacterio se recupera y son nuestros agentes los que ingieren equivocadamente el brevaje.