El secuestro en pleno vuelo del boeing 919 procedente de Calasparra, en el que viaja el Superintendente Vicente, abre una serie de casos aéreos que deberán resolver nuestros infatigables agentes. Siempre voluntariosos, aunque el éxito no acompañe a sus empeños, Mortadelo y Filemón volarán en los más diversos aparatos con desigual fortuna, provocando de forma totalmente inocente el descuajeringamiento final de un boeing 797 tras llevarse por delante la torre de control.