Una siniestra pandilla tiene preparada una serie de secuestros tremendos en la ciudad. El Super encarga a Mortadelo y Filemón la protección de las posibles víctimas y la detención de todos los miembros del grupo. De esta forma, nuestros agentes deberán evitar el secuestro del magnate Intermediariez, disfrazarse de mecánicos para impedir el secuestro de un avión y asistir como atletas a una competición deportiva para vigilar de cerca al campeón Cangurini. Ayudados por la suerte, Mortadelo y Filemón lograrán frustar los intentos de Joe el Víbora y sus secuaces, que se vengarán en la persona del Súper, dejándole prácticamente desintegrado por una bomba potentísima.