Ana llega a Lanzarote con el objetivo de participar en una carrera organizada para apoyar la preservación de uno de los paisajes más singulares del mundo: el de la comarca de La Geria. Después de un entrenamiento con el atleta olímpico Carlos Hernández, Ana se encuentra con una de las personas que mejor conocen la cultura de la isla: Juan Brito, un artista y folklorista que viaja con Ana hasta el Jable, la despensa de la isla.