Ana comienza su viaje en el occidente de Asturias, un lugar de tradición y leyenda. Muchas de las historias populares de esta tierra tienen como motivo el mar y los tesoros que esconde. Ana se sumerge en las frías aguas del Cantábrico para visitar uno de los pecios encallados en sus fondos. El verdadero tesoro que esconden estas aguas es gastronómico, como puede comprobar Ana en su visita a una granja de ostras cerca de Castropol. Después emprende camino hacia Taramundi, tierra de seres fantásticos como xanas y trasgos, y de otros muy reales, como la vaca autóctona de Asturias, una raza muy apreciada por su exquisita carne.Además, se detendrá en Cangas del Narcea, en Tineo y en Luarca.