Sídney 2000 significó su estreno en unos Juegos Olímpicos. Fue de reserva y sin la presión que a partir de Atenas 04 le acompañaría allá donde se subiera a su canoa. El palista gallego, que llegó como campeón del mundo en la distancia del medio kilómetro, aspiraba a dos medallas en los Juegos Griegos y cumplió. Comenzó por la prueba del kilómetro, donde se clasificó en su serie con el mejor tiempo directo a la final. Si por algo destacaba este piragüista era por lograr mantener un ritmo infernal manteniendo la canoa por una trayectoria tan rectilínea como si fuera carril imaginario. En la final, se las vio con héroes de esta disciplina como el alemán Andreas Dittmer, que no perdía una competición desde 1998, o el checo Martin Doktor, que en 1996 ya había sido campeón olímpico en Atlanta. Cal pasó en quinta posición en los 200m, pero metió la directa y fue poco a poco progresando hasta lograr el liderato a mitad de prueba y ya no lo abandonó, haciendo un tiempo de 3:46,301. La plata fue