En el camino de regreso a Cafarnaúm, a casa de Zebedeo y Salomé, un leproso se acerca a Jesús y al grupo en el camino y le pide que lo sane. Jesús limpia al leproso, diciéndole que no hable de ello. Mientras Jesús predica en casa de Zebedeo, se reúne una multitud en la puerta, llamando la atención tanto de fariseos como de romanos. Después de presenciar el milagro del leproso en el camino, una egipcia llamada Tamar se abre paso entre la multitud para que Jesús ayude a su amigo que no puede andar, y lo meten por el tejado. Después de perdonarle, Jesús hace que vuelva a caminar y Mateo lo escribe. Samuel rápidamente pide a los romanos que apresen a Jesús, pero los discípulos consiguen huir con él sin que la guardia pueda reaccionar. Nicodemo busca a María Magdalena para pedirle un encuentro con Jesús.