En Caná, año 26 d.C., María ayuda a su amiga a preparar la boda de su hijo, será una gran fiesta aunque la familia del novio es más humilde que la de la novia. Tomás y su socia comercial Ramah preparan el vino para llevarlo a la boda y Jesús está invitado como amigo del novio, y sus discípulos le acompañarán. Tomás y Ramah se empiezan a preocupar porque el vino empieza a faltar, pero María inmediatamente le pide a su hijo que intervenga en nombre de la familia del novio. Jesús ordena a los sirvientes que llenen tinajas con agua y ellos obedecen, aunque Tomás tiene dudas estas acciones. Jesús ora su disposición a su Padre, convirtiendo el agua en vino y el maestro del banquete lo reconoce como el mejor que jamás ha probado. Tomás decide seguir al Maestro.