El boom inmobiliario que vivió España hace más de una década ha dejado un reguero de edificios y urbanizaciones enteras sin terminar a lo largo de toda nuestra geografía. Cada una de estas obras fantasma, como la urbanización Fortuna Hills, o “Tres Molinos” en Murcia esconde miles de historias de propietarios estafados por constructores que se declararon en quiebra. El futuro propietario que pagaba la hipoteca sin la vivienda entregada no tuvo la posibilidad de recuperar la inversión hasta el año 2016, cuando gracias al Tribunal Supremo se pudo demandar a las entidades bancarias. La herencia del boom inmobiliario deja otros casos de propietarios que no pueden ocupar sus nuevas viviendas por falta de agua corriente como sucede en la urbanización Medina Elvira en Atarfe, Granada