En la frontera con España, Francia ha cerrado varios accesos secundarios, y ha endurecido la vigilancia en los pasos principales. Un mayor control a la inmigración ilegal, la amenaza terrorista, y las restricciones sanitarias por el Covid, dificultan el tránsito entre ambos países. Cientos de comercios fronterizos que viven del turismo sufren las restricciones a la movilidad a ambos lados de la frontera.