Olmos se enfrenta, sin la ayuda de Robles, al asesinato a sangre fría de unos ladrones. Por suerte, el único ladrón superviviente es un viejo conocido de Olmos. De hecho, ya lo detuvo hace un año. Mientras tanto, Isa sigue con su historia del nuevo novio para mantener las distancias con Olmos; y Cata y Damián inician una guerra indirecta por la alcaldía de Ezcaray que desembocará en una situación muy inesperada.