Con apenas diez kilómetros de largo y 6.000 habitantes, la isla de Lampedusa se ha convertido en uno de los puntos de acogida de quienes huyen del hambre y de la guerra. Aunque los lampedusianos son gente solidaria, temen que debido a la inmigración terminen con la prosperidad que disfrutaban, tras siglos de subsistencia y abandono. Hasta bien entrados los años 70, la isla de Lampedusa no figuraba en el mapa de Italia. El único indicio era el Archipiélago de las Pelagias, del que forma parte. Nadie sabía dónde estaba, al ser una isla demasiado alejada de la bota italiana y a diez horas en barco de Sicilia, de la que depende administrativamente. Lampedusa era y es un punto en el mapa. Un lugar de paso hecho a las migraciones de cetáceos, tortugas, aves, atunes azules…y de seres humanos. Lampedusa se puede recorrer andando. Es pequeña y pese a estar más cerca de África que de Europa, es profundamente italiana y solidaria. Sus pescadores llevan siglos auxiliando a los navegantes en apuro