En Portada viaja a Ecuador para mostrar un éxito poco conocido que tuvo lugar en los barrios más duros de este país: la transformación de las pandillas callejeras (Latin King, Ñetas, Masters y otras) en agrupaciones juveniles urbanas, con la consiguiente reducción de violencia y delincuencia. La clave ha sido, no la represión policial, sino la vía política, la negociación entre las autoridades y los distintos grupos para que, mediante programas de formación y culturales, los jóvenes mantuviesen su identidad grupal pero se desvincularan de la violencia. El programa, puesto en marcha hace más de 10 años, tuvo precedentes en Barcelona, Nueva York y Chicago. En todos los casos, ha probado su eficacia. En estos momentos, Ecuador tiene uno de los índices de violencia y delincuencia más bajos de América Latina.