El equipo consigue adentrarse en el valle del Khumbu, alcanzando por fin su objetivo, los pies de la montaña más alta del mundo. Edurne y su equipo reciben la bendición de un venerado monje budista. El frío y la altura se sienten cada día más. Pero, paradójicamente, todos sienten la llegada al campo base como la llegada a su nuevo hogar. Desde ahí, la expedición lanzará el asalto a la cumbre. Comienza ahora la estrategia y el trabajo del equipo, afrontamos ya la escalada con el monte frente a nuestros ojos.