La expedición de Edurne Pasabán comienza la semana con el momento hasta ahora más peligroso: el desplazamiento en avioneta hasta Lukla. La pista de aterrizaje cuelga de un vertiginoso precipicio. Comienza ahí el trekking de aproximación al campo base del Everest. Durante toda la semana, Edurne y sus compañeros caminan por la senda que lleva a la base de la montaña más alta del mundo. Durante ese trayecto coinciden con montañeros españoles, turistas de todo el mundo, serpas y porteadores, viejos compañeros de cordada y hasta con auténticas leyendas del himalayismo mundial. El camino se adentra cada vez más en el Himalaya, los valles son cada vez más estrechos. Los miembros de la expedición comienzan a aclimatarse a la altura, cada vez mayor, y al frío, cada vez más intenso. Estamos cada día más cerca del Everest, y ya comienza a hacerse real el enorme reto que supondrá escalarlo sin oxígeno.