Ángel toma por asalto la casa de Alba en un intento de evitar lo inevitable, pero Maricarmen lo saca por piernas. Más zorro, Francisco pasa de mentor a discípulo y le pregunta qué debe hacer a la pobre Carol. La estrategia inversa aplica durante el interrogatorio que le hace Alba, horrorizada ante las respuestas de su padre. Carlos le da una sorpresa a Sofía y se le aparece con un ramo de flores. Jorge estrecha su amistad con Martín Lago, quien según la pericia no está loco y según Jorge es el más cuerdo. Alba desea una confesión de Ángel, pero éste sólo quiere saber qué le dijeron Jesús y Francisco, para contragolpear. Daniel tiene una idea genial: la ludificación. Carlota no está convencida de su genialidad, hecho que desata la furia de Victoria. Julia se entera de que Rodrigo ha sido el causante de los rumores, pero el buen Rodri logra esquivar la ira femenina y convence a Olivia de compartir una velada nocturna. Asqueada, Alba le dirige a Ángel la pregunta final: “¿Sabías que yo er