Algunas de las fortalezas europeas siguen en pie recordándonos lo frágil que resulta el entendimiento humano y lo propenso que es el hombre a confiar en sus sentidos, aun sabiendo lo fácilmente burlados que pueden ser. Dos de estas fortificaciones, caracterizadas por jugar con los sentidos de sus visitantes, son el Castelo Dos Mouros en Portugal y Bodiam, en el Reino Unido. En el castillo de Bodiam nada es lo que parece. Como si del truco de un prestidigitador se tratase, la fortaleza emerge de las aguas y confunde al espectador, semejando un enorme e inexpugnable castillo. Explicaremos porqué es así. El Castillo Dos Mouros, en Sintra, Portugal, también es un pequeño recinto amurallado, pero grandes guerreros cristianos temían acercarse a ese bastión musulmán. Su conquista está rodeada de leyendas relacionadas con la Virgen y con las tormentas que a menudo caen en la zona.