Las cartas han sido con frecuencia vehículo de apoyo. En el transcurso de una campaña bélica han funcionado como expresión de ánimo por excelencia. La finalidad principal de estas cartas de madrinas, tan distintas, es la de mantener la moral alta en un caso, durante la Segunda Guerra Mundial, y el reconocimiento mutuo en el segundo entre personas que viven en continentes diferentes como África y Europa.