Después de haber resultado crucial para recuperar a Martín, Ana se queda sin excusas para no albergar en su casa a Ramiro. También está en su piso, que cada vez se parece más a un centro de acogida, Concha, que se encuentra en pleno divorcio de su marido, y en una dramática disputa por la custodia de sus hijas. El caso contra el casino avanza a trompicones, las grabaciones están siendo analizadas por peritos de ambas partes. Al mismo tiempo, el Casino y sus trabajadores hacen lo que pueden por eludir la justicia y dificultar la investigación. Sin embargo, también hay avances. Ana presiona al joven Andrés Admira para que acceda a declarar en el juicio, y encuentran a un antiguo trabajador del casino que les revela información muy valiosa. A pesar de ello, Moncada le avisa de una doble traición que, sumada al abandono de buena parte de su equipo, dejarán a Ana sola e indefensa ante su implacable rival.