Lucia se niega a abandonar a Samuel; ella es la única que decide su vida y no aceptará imposiciones. Se enfrenta a Felipe y Celia por intentar alejarla de Samuel. Servando finge un empeoramiento de su salud que hace que Ramón se preocupe. Al final descubre que es una pantomima del portero. Liberto convence a Rosina para que Higinio readmita a María en su casa. A su regreso Higinio le recuerda su objetivo. Samuel organiza una subasta de objetos de arte, pero la mayoría de los vecinos disculpan su ausencia. Desoyendo las recomendaciones de todos, Lucia se presenta en la subasta y compra una obra de arte para restaurar.