Ramón y Chema continúan, con el río cada vez más ancho, el descenso del Esla. La etapa que termina en Ricobayo es larga y tranquila, ya superados las corrientes y los rápidos. Después de salvar el obstáculo de la presa Ricobayo, continúan el avance a través de los Arribes del Esla hasta su confluencia con el Duero, encajado entre cañones de altos muros de granito. A partir de ahora el Duero se convierte en frontera natural entre España y Portugal.