El litio es a día de hoy vital para el progreso de la tecnología móvil o los autos eléctricos. Bolivia, un país con enormes reservas de este preciado recurso, tiene por delante la tarea de desarrollar esta industria sin caer en el extractivismo y sucumbir a las grandes multinacionales que buscan quedarse con la mejor parte del pastel. Pero, ¿conseguirá Bolivia hacerse con lo que le corresponde? Y lo que es más importante: ¿acabará beneficiándose el pueblo boliviano de la lucha por el litio?