En algunas regiones de Tanzania, las niñas de entre 12 y 16 años son intercambiadas por sus familias por vacas para casarse con hombres mucho mayores. En estos lugares se acepta con naturalidad una terrible realidad: las vacas tienen más valor como moneda de cambio que las propias menores, de las que uno puede prescindir. Las autoridades y algunos activistas intentan acabar con esta tradición, pero chocan con la incomprensión de unos pueblos que no ven nada malo en estos casamientos acordados.