Siria jamás volverá a ser la misma. La guerra y el terrorismo han mutilado una tierra antes tranquila y feliz. Sin embargo la vida continúa y su gente se adapta a las nuevas condiciones, aunque para unos es más duro que para otros: miles de discapacitados siguen luchando, pero esta vez por reconstruir su vida. Y lo logran. Una valiente actitud con la que demuestran que su país tiene el futuro asegurado.