Ali acude en ayuda de Sevda que está retenida por Uygar y sus hombres y enseña por primera vez su otra cara. La joven queda impresionada con sus múltiples talentos, pero lo más importante ahora es ayudar a su salvador a curar sus heridas y para eso acudirán al Padre Turul. El paradero desconocido de Sevda tiene a su familia preocupada y la versión de los hechos que les da Uygar no ayuda a calmarles.