El comisario Gerardo Castilla está preocupado por cómo sus seres más queridos están siendo víctimas involuntarias del acoso y la intimidación de los que él es objeto. Quiroga, desde la cárcel, ha contratado a Dragan, un asesino a sueldo amigo del francotirador abatido en el hipódromo, con la misión de acabar con el siniestro trabajo que se le ha encomendado. Entretanto, Charlie vuelve a incorporarse a la investigación para desenmascarar a los autores del atentado.