Benito es de Castilblanco y es un gran aficionado a la talla de madera, y tiene múltiples bastones y figuras. Una de los más especiales es la talla de la cara de su perrita, Sirina, por la que lo pasó muy mal tras su muerte: “estuve a punto de embalsamarla”. Lo importante para Benito es el significado, “y que te llene”, así nos habla de sus varas, donde ha tallado serpientes, monos o incluso una mano y una rosa para un amigo alcalde socialista.