Están Llerena y se han convertido en símbolos de perdurabilidad de todo un estilo arquitectónico, oculto por la cal, la pintura y las reformas en las fachadas populares. Hablamos de las chimeneas, llamadas mudéjares, y de otras herencias arruinadas o no de nuestro pasado. El peculiar arte de sus constructores ha salido a la luz, despojándose de sus mantos de cal y otros destrozos.