El feng shui, literalmente “viento y agua”, puede definirse como un sistema de creencias o una filosofía práctica de origen taoista, que consiste en la ocupación consciente y armónica del entorno, con el fin de lograr una influencia positiva de éste sobre las personas. Su propósito es canalizar adecuadamente esta energía vital, a través del uso de formas, colores y materiales y ubicaciones, de modo que proporcione armonía y bienestar físico, emocional e intelectual a las personas. El lince con botas, siempre curioso y atraído por la singularidad de este enfoque ancestral, asiste interrogante a un ejemplo de su aplicación en un domicilio...