Tierra, agua, fuego… El hombre y su eterna lucha por cambiar la naturaleza. Barro y arcilla que manos expertas transformaron en los ladrillos, baldosas y tejas que forman nuestros hogares y edificios emblemáticos. Oficio antiguo que ha acompañado a la humanidad desde tiempos remotos. Negocio que mantiene aún su pujanza en lugares donde abundan tierras y barros adecuados. La Campiña Sur es una fértil llanura con gran abundancia de arcilla, materia prima que facilitó la creación de numerosas industrias de ladrilleros y tejeros conocidas como tejares. En épocas pasadas, estas industrias abastecían todo el sur de Extremadura. En Llerena se ha utilizado el ladrillo para la construcción desde su fundación. Los numerosos ejemplos de arte mudéjar que podemos encontrar en sus calles son testigos mudos de la importancia de estas empresas en otros tiempos.