Desde la época colonial hasta el presente, nuestros pobladores padecieron los ataques de enfermedades. Los males de la Conquista, las guerras, la falta de agua corriente, el hacinamiento, la pobreza y otros factores contribuyeron a la propagación de epidemias que diezmaron la región. Muchas de estas enfermedades están en la actualidad erradicadas o controladas. Pero los virus y las bacterias se adaptan y evolucionan. La existencia de políticas sanitarias concretas que incluyen tareas de prevención, vacunación y saneamiento es clave, no solo para conocer los factores que permiten a las epidemias prosperar, sino también para saber actuar a tiempo. Esta es una de las principales tareas de la salud pública.