Cuando Borges regresó a Buenos Aires, fundó la revista “Prisma”. Su rompimiento con el ultraísmo inició un giro en su literatura: los suburbios y los malevos comenzaban a dominar su escritura. En 1931, junto con Victoria Ocampo fundó la revista “Sur”, y fue uno de los colaboradores más activos. Además, trabajaba en un empleo rutinario en la biblioteca Miguel Cané. Más tarde, su amistad con Adolfo Bioy Casares dio nacimiento a una literatura compartida, en la que dieron nacimiento al autor ficticio Bustos Domecq.