De niño, Jorge Luis Borges recibió la influencia de su abuela inglesa Fanny Haslam, quien le relataba las trágicas y cautivantes historias de sus antepasados militares; y de su padre, un romántico anarquista que le inculcó el amor por la poesía y los misterios del alma. Su hogar era su refugio, y el colegio del barrio de Palermo, donde vivía, el lugar de las burlas constantes. El viaje a Europa, cuando a su padre le detectaron la pérdida progresiva de la visión, abrió una nueva etapa en su vida, primero en Suiza y luego en España, donde simpatizaría con los ultraístas.