Ahora que Yolanda y sus Corsarios han capturado al malvado Gobernador Wan Guld y al Sargento Valera y saben dónde se encuentra el fabuloso Tesoro de los Corsarios, parten tranquilos rumbo a la Isla del Tesoro. Para celebrarlo deciden iniciar a Wan Guld y a Valera como Piratas, y les hacen trepar por las jarcias, fregar las cubiertas, limpiar las ventanas y cocinar y servir una suntuosa comida. Pero Wan Guld está llegando al límite de su paciencia. Casualmente averigua dónde se encuentra la Isla del Tesoro y ordena a Valera que encuentre el modo de sacarle del barco. Valera mete un mensaje en una botella y la arroja al mar. La corriente la arrastra en dirección sur, donde la recoge uno de los soldados de Wan Guld. Sin que Yolanda y los Corsarios lo sepan, un barco zarpa inmediatamente para rescatar a Wan Guld. Esa noche un tifón azota el mar. El barco de los Corsarios queda destruido y los supervivientes son rescatados por el nuevo barco de Wan Guld. Todos son hechos prisioneros salvo Y