En medio de un diluvio tropical, Wan Guld y sus hombres persiguen a Yolanda y los Corsarios por un río selvático desbocado. Aunque Neala y sus amigos los animales logran que los Corsarios sobrevivan al ataque de unos cocodrilos hambrientos, la mortal Cascada de los Ángeles les espera, mientras Wan Guld se acerca por detrás. Sólo la oportuna aparición del Corsario Negro permite a nuestros héroes utilizar el poder natural de la repulsión magnética y así escapar milagrosamente del peligro TANTO de la cascada COMO de Wan Guld y vivir para proseguir la búsqueda del Tesoro de los Tres Corsarios.