Al intentar robar en la casa del profesor Bacterio, los cacos dejan involuntariamente en libertad a todos sus animales, a los que previamente el imprevisible profesor había inoculado un suero de su invención. Mortadelo y Filemón reciben, así, una lista de los desaparecidos, junto con los primeros síntomas advertidos. Para resolver el caso, deberán localizar y atrapar al vampiro celestino que ha perdido su sed de sangre y se ha aficionado al vino, al perro Zacarías cuyos instintos de guardián se han visto cambiados por los de ladrón y a un burro, llamado Mortadelo, que se ha vuelto inteligente y tan solo quiere dedicarse a la lectura de las obras de Darwin.