La presencia del botones Sacarino en los sótanos del Diario de Noticias, frustra un atentado criminal con cartuchos de dinamita. Alarmado por la posibilidad de que atenten contra Sacarino, único testigo de cargo, el optimista Super encomienda a Mortadelo y Filemón la custodia del botones y la captura del peligroso criminal. Los atolondrados pasos de Sacarino llevarán a nuestros agentes hasta la casa de su abuela – donde Filemón engullirá un tazón de chocolate que resulta ser un cemento rápido que deja su estómago duro como un cascote - , a un parque de atracciones – donde todos los golpes caen también sobre el desdichado Filemón- y, finalmente, a un zoológico – donde ambos escapan como pueden de la justificada ira de hipopótamos, cocodrilos y elefantes.