La llegada de un cargamento de armas viejas del Ejército a un cementerio de armas situado en Cheesecago, provoca una reunión poco habitual entre los dos hampones más poderoso de la ciudad: Al Catone y Dog Moran. Dog Moran propone a su rival colaborar en el robo de esas armas, pero Catone no ve con buenos ojos la operación, alegando que si se hacen con armamento militar, el propio Ejército de los Ratones Unidos de América se presentaría en la ciudad. Enojado, Moran entiende su negativa como una declaración de guerra. En los días siguientes los Intocables tendrán mucho trabajo, pues los gángsters los utilizan para castigarse unos a otros, denunciando sus diferentes negocios fraudulentos. Ante el acoso de Dog Moran y al verse atrapado, Catone propone a los Intocables entregarles en bandeja a Dog Moran a cambio de su libertad. Conscientes de que es mejor encarcelar a Moran por unos años que a Catone por unos días, los Intocables aceptan la propuesta de su peor enemigo.