Los mosqueperros entran en el despacho privado del REY, para su audiencia, pero el REY no parece mostrar demasiado interés por su solicitud y nuestros amigos se marchan con sus esperanzas rotas. PIP llega al viejo monasterio en donde vive su amigo PANTUFLO. PANTUFLO le enseña a PIP el monasterio. La casa de PNATUFLO está en una celda ocupada por un extraño personaje cuya cara está cubierta con un bozal de oro. PIP halla esto muy divertido. PANTUFLO le da a PIP una cena copiosa. Una vez que han acabado el banquete, ellos salen a la celda sólo para descubrir que el prisionero, quien está comiendo con la cara al descubierto, ¡es el REY! PIP le pregunta al REY cómo es que ha ido a parar allí, pero mientras PIP habla con el REY, el carcelero regresa y PIP tiene que esconderse en la ratonera. El le explica a PANTUFLO que tiene que marcharse a París por unos asuntos de suma importancia.