La familia de DARTACAN llega a París, en donde es recibida por los mosqueperros, PIP y PLANCHET. Ellos salen a la calle en donde encuentran a un guardia del cardenal que está colocando un aviso, anunciando que los mosqueperros han sido relevados de sus deberes como los guardias personales del REY y que han sido sustituidos por la guardia del cardenal. El falso rey quiere que los leales mosqueperros se mantengan a una buena distancia del palacio para así poder dar rienda suelta a sus planes. Los mosqueperros van a ver a su capitán, MONSIEUR DE TREVILLE, pero él les dice que a él no le ha sido posible hacer cambiar de idea al rey. Nuestros amigos, no satisfechos, piden una audiencia con el rey, la cual les es denegada. Enfadados, ellos abandonan el palacio y tiene un enfrentamiento con los guardias del cardenal. Una vez de regreso en la casa, DARTACAN ve que su última esperanza es enviar a JULIETA al palacio para hablar con la REINA. La REINA le dice a JULIETA que la situación se ha hech